
Conciliar no es sólo cosa de madres…
Hoy me senté delante del ordenador, con un montón de ideas en la cabeza pensando en sobre qué escribir, pero entonces me crucé con un email, un email de esos que detrás tienen una historia y me di cuenta que todo lo demás podía esperar…
Una historia como tantas otras de las que tristemente se agolpan en mi buzón de entrada semana a semana. Historias de mujeres emprendedoras que se han decidido a luchar por su proyecto, desgraciadamente empujadas no sólo por la ilusión, sino por uno de esos despidos a los que muchas se enfrentan tras ser madres.
Últimamente se habla mucho de la conciliación en este país, pero la mayor parte de las veces se parte del error de personificar el problema en las madres cuando todo trabajador tiene la necesidad y el derecho a conciliar.
Hace casi 5 años que volví de Suecia y ahora que soy madre, hay días que me pregunto por qué. Un país en el que la baja maternal es lo suficientemente larga como para cuidar a tu hijo en sus primeros meses de vida y la reincorporación al trabajo tras ella es algo en lo que todas las empresas están realmente comprometidas, intentando motivar a las trabajadoras en lugar de apartarlas y anular sus posibilidades de promoción.
Pero lo cierto es que, estando allí me di cuenta de que ello se debe a algo que va mucho más allá de la visión de la maternidad como tal, sino que es una visión de la vida en sí. La conciliación existe, seas o no madre, porque la sociedad entiende que, tengas o no hijos, tienes derecho a tener una vida personal y por ello, tu jornada laboral termina cuando lo hace el horario que establece tu contrato.
Ese simple hecho, hace que cualquier trabajador, mujer u hombre, con familia o sin ella, tenga el mismo nivel de compromiso con la empresa y por ello, se igualan de base sus oportunidades en la misma.
Aquí ocurre al contrario. En la mayoría de los casos, la empresa asume que como no tienes hijos tu prioridad va a ser el trabajo o identifica como “nivel de compromiso” el número de horas que estás dispuesto a pasar en la oficina. Por eso, cuando eres madre y se asume que vas a poner límites a ese tipo de abusos, todo cambia.
Tienes una razón para dejar de pasar horas muertas delante del ordenador… Una razón igual de válida que la de tu compañero, que quiere ir a clases de pintura o la de tu compañera, que ha quedado con sus amigas. La única diferencia con respecto a los otros dos casos es que la tuya es una razón a la que la empresa no puede obligarte a renunciar sin meterse en un problema.
No hagamos una guerra de padres y madres el luchar por una conciliación a la que todos los trabajadores tenemos derecho, sea cual sea nuestra situación familiar y personal. Sólo así ser mujer o madre dejará de ser un lastre y conseguiremos dar un paso de gigante hacia la igualdad de oportunidades.
Fdo. Una #malamadre
Imágenes: Club de Malasmadres
– Dorothy –
Alicia
8 diciembre, 2014 at 11:19 pmTotalmente de acuerdo. A mi no me han despedido, pero llevo 5 años sin promoción ni subida, sacando el mismo trabajo en mis 6 horas que aquellos que se quedan hasta las 19 o las 20 y con desempeño excelente. Pero claro, los motivos para no progresar “no son la jornada” (eso es lo que dicen). Total que yo lo más cerca de una conciliación real que he estado ha sido al lado de las “conciliaciones bancarias”. Esto me esta llevando a plantearme montar alguna cosa, como a tantas otras mamis, para ser dueña de mi vida.
Buen post!
Bego
9 diciembre, 2014 at 12:41 amSí, es un problema de base y de partir del razonamiento inadecuado. Yo comparto más la visión noreuropea del trabajo que la española. Ojalá pronto haya más como nosotras.
Bea
12 diciembre, 2014 at 10:53 amVivo en Suecia desde hace casi dos años, hace tres meses que soy mama, y aunque me muero de ganas de volver a España, me da un miedo terrible por todo lo que comentas.
Primero, no se si seré capaz de que alguien me contrate, si me contratan no me quiero ni imaginar las condiciones, horarios…y por ultimo tengo la sensación de que si vuelvo estoy privando a mi hija de muchas cosas buenas que en España desgraciadamente ya no existen…por lo que aquí estoy…entre dos tierras, y con un sentimiento de desarraigo brutal. En unos días volvemos por navidad y tenemos que decidir si queremos volver o no a España…
Dorothy
12 diciembre, 2014 at 11:32 amTe entiendo perfectamente, yo cuando vivía allí aún no tenía en mente tener a mi peque, pero ahora mirando atrás pienso si no hubiese debido quedarme allí, porque podría criar a mi niña con un montón de facilidades que aquí no tengo. De hecho, a veces pienso que si pudiese, volvería a Suecia, esta vez en familia, sin dudarlo. Ya me contarás qué decides, sea lo que sea, tienes todo mi apoyo, sé que no es una decisión fácil. Tu niña, en cualquiera de los casos tendrá lo más importante, que es a tí 😉
Bea
12 diciembre, 2014 at 4:53 pmEs una decisión súper difícil….si por mi fuera me volvía a España mañana mismo pero claro…ahora ésta pequeña maestra me requiere y me niego a cagarles a mis padres la responsabilidad de criar a mi hija porque en España no entienden que salir a las siete del trabajo no es compatible con tener un bebe…